La primera Cumbre de la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas (APEP) concluyó este viernes en la Casa Blanca con un acuerdo de prioridades entre los doce dirigentes políticos que han participado y con la guerra de Gaza colándose en la conversación.
Los líderes de Estados Unidos, Canadá y diez países latinoamericanos se comprometieron a hacer que esta alianza sea un foro duradero de desarrollo económico de la región y sellaron su compromiso con un acuerdo de mínimos, que no contiene cifras sino líneas generales.
La Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas es una iniciativa que lanzó en 2022 Biden durante la Cumbre de las Américas en Los Ángeles y que tiene como objetivo combatir la desigualdad económica y fomentar la integración regional.
La de este viernes fue la primera y en ella participaron Biden, Petro, Boric, Trudeau y los presidentes de Perú, Dina Boluarte; Uruguay, Luis Lacalle Pou; República Dominicana, Luis Abinader; Costa Rica, Rodrigo Chaves; y Ecuador, Guillermo Lasso.
También la primera ministra de Barbados, Mia Mottley, así como las cancilleres de México, Alicia Bárcena, y Panamá, Janaina Tewaney.
La jornada arrancó con una fotografía oficial de los líderes frente al pórtico sur de la Casa Blanca.
Luego se trasladaron a un salón y Biden ofreció un discurso inaugural en el que enfatizó la importancia de potenciar el crecimiento de la clase media en toda la región, un enfoque que es central para su política económica en Estados Unidos y que usa también para su política exterior.
Tras esto los participantes mantuvieron una reunión a puerta cerrada y luego abandonaron la Casa Blanca.
La ceremonia en la que se firmó la declaración tuvo un perfil más bajo y se produjo cuando todos los líderes ya se habían ido de la Casa Blanca: la ratificaron un puñado de funcionarios y diplomáticos, así como el presidente del BID, Ilan Goldfajn, en una sala en el edificio de oficinas contiguo.
Una declaración final de mínimos
En la declaración final, los países se comprometen a que la APEP sirva como una plataforma regional duradera para llevar a cabo una agenda económica y de desarrollo económico «ambiciosa, flexible y orientada a objetivos».
Los líderes dijeron haber identificado cinco prioridades que guiarán el trabajo de este nuevo foro: «Fortalecer la competitividad e integración regional», «fomentar la prosperidad compartida y la buena gobernanza», «construir infraestructura sostenible», «proteger el clima y el medio ambiente» y «promover comunidades saludables».
Para consolidar la APEP como un mecanismo para tratar los grandes temas regionales, la idea es que los jefes de Estado y de Gobierno se reúnan cada dos años y haya además tres reuniones anuales a nivel ministerial: una con los titulares de Exteriores, otra con los de Comercio y otra con los de Finanzas.
La migración a través del continente, que ha alcanzado este año cifras históricas, también fue uno de los temas a tratar.
La cantidad de gente desplazada y refugiada en el continente americano superó en 2023 los 21 millones de personas, según cifras de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), siendo la venezolana la mayor diáspora, con más de 6 millones de desplazados en distintos países de la región.
Uno de los acuerdos que se alcanzó es el compromiso de Estados Unidos de invertir en la producción de semiconductores en Latinoamérica, organizando una serie de conferencias en la región para reunir a inversores, trabajadores y funcionarios gubernamentales. La primera tendrá lugar en Costa Rica el año que viene. EFE
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