Un edificio se ha incendiado y derrumbado en parte tras el estallido. Los bomberos buscan a dos personas bajo los escombros
Una explosión en el número 277 de la calle Saint-Jacques, en el centro de París, ha dejado este miércoles por la tarde 37 heridos, cuatro de ellos de gravedad, según la policía de la capital francesa. Los servicios de emergencia buscan a dos personas desaparecidas entre los escombros.
La causa probable ha sido una explosión de gas, según un concejal del distrito afectado, Édouard Civel. El ministro del Interior, Gérald Darmanin, ha subrayado más tarde, sin embargo, que se desconoce la causa.
El humo se elevaba este miércoles por la tarde entre los viejos edificios del distrito quinto de París, olía a quemado, sonaban las sirenas, las ambulancias pedían paso y los vecinos se alejaban. “He pensado que era un atentado”, ha asegurado Nadia, una ingeniera informática de 34 años que teletrabajaba en su casa cuando sonó un estruendo y temblaron los cristales. Ha decidido marcharse para pasar la noche en casa de una amiga, lejos del lugar de la explosión. “Me voy”, explicaba, “me da miedo quedarme aquí”.
La explosión ha provocado el derrumbe de la fachada de la Paris American Academy, una escuela privada de moda y diseño, y ha causado un incendio que ya ha sido controlado, según ha informado el prefecto de la policía de la capital, Laurent Nunez, desplazado al lugar de los hechos junto a la alcaldesa, Anne Hidalgo. Las autoridades han evacuado dos edificios vecinos y han establecido un amplio perímetro que abarca varias manzanas para permitir las tareas de rescate.
“Olía a gas un poco antes de la explosión”, han comentado tres empleadas de unas oficinas que están justo detrás del edificio dañado. “Alguien fue a avisar, pero ya era demasiado tarde”, ha añadido una de ellas. Junto a sus compañeros de trabajo, fueron evacuados por la parte trasera del edificio, que da al antiguo hospital militar de Val de Grâce.
La Fiscalía de París ha abierto una investigación por lesiones involuntarias y por violación de la obligación de prudencia o seguridad, informa el diario Le Monde. Unos 230 bomberos han sido movilizados.
Eran cerca de las 16.40 de la tarde cuando los vecinos de la calle Saint-Jacques escucharon un estallido que algunos testimonios han comparado con “una bomba” y otros con “un terremoto”. Temblaron las paredes y se rompieron los cristales de algunas ventanas. Dos mujeres que viven a unos centenares de metros del lugar han explicado que las puertas se abrieron solas: pensaban que era por el viento, pero no lo había en aquel momento. Era la explosión.
Nadia, la informática que vive al lado del lugar del suceso, respondía en aquel momento a un correo electrónico y hablaba por teléfono con un compañero de trabajo. Miró por la ventana y vio el fuego. Las imágenes en televisión y algunas que los vecinos grabaron en sus teléfonos mostraban los escombros de un edificio en llamas.
“He sentido miedo y sigo teniendo miedo”, ha dicho. Ha metido sus cosas en una maleta y se ha marchado. Al encontrarse el edificio cerca de instalaciones militares, creyó que podía tratarse de un atentado terrorista y que podía haber otras explosiones. “Prefiero irme del barrio”. (I)
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