La cárcel de máxima seguridad conocida como La Roca quedó parcialmente destruida y ninguna autoridad del SNAI, que maneja el sistema carcelario, ha dado una explicación de la explosión controlada que hizo la Policía el martes para destruir el dispositivo colocado con un dron.

A pesar de ser el centro penitenciario asignado para los presos de mayor peligrosidad nada ni nadie previno que un dron de tipo industrial acceda al perímetro del completo carcelario.

Todavía no se otorgan detalles acerca de la ruta que cubrió esa aeronave, ni de donde vino. Este hecho evidenció una vez más la falta de control, comenzando porque las torres de vigilancia no son usadas por policías o agentes penitenciarios, sino por los mismos presos, ya que en una de ellas está colocado un cartel que solicitaba el regreso a la cárcel regional de alias Fito.

De esta forma, el crimen organizado pudo inhabilitar esa prisión que cuenta con capacidad para 100 personas y que fue reactivado en abril de 2022, o sea, solo funcionó un año con cinco meses.

Evasión

El SNAI y la Policía han evitado atender las inquietudes de la prensa. El día 13 de septiembre habían citado a un equipo de Ángel Noticias TV para una entrevista, pero ya en el lugar, la cancelaron.

Funcionarios en el lugar señalaron que fue una orden desde Quito. Por otra parte, la autoridad carcelaria manifestó que no cuenta con voceros para este tema, y que solo mandan comunicados.

El último comunicado indica que los presos que estaban en La Roca fueron llevados a la cárcel regional, donde gozaban de privilegios. Señalaron que es una medida temporal, pero no dijeron hasta cuando, porque tampoco informaron si esa cárcel será reconstruida y en que tiempo lo harán.