Una persona puede consumir entre dos y cinco gramos diarios de cocaína, afirma la especialista Julieta Sagnay. Aquí los detalles.
Se trata del mayor decomiso de droga en la historia de Ecuador. Era la tarde del pasado domingo, cuando en un operativo que tomó seis meses de investigación, miembros de las Fuerzas Armadas incautaron casi 22 toneladas de clorhidrato de cocaína en una finca de Vinces, en la provincia de Los Ríos.
Las impactantes imágenes revelan cientos de bloques con seis logos distintos, pero lo que resalta aún más es la ingeniosa forma en que estaban ocultos. Los uniformados tuvieron que cavar y descender por una alcantarilla para llegar a una bodega subterránea donde se escondían 733 sacos con droga.
De acuerdo al Ejército, la cantidad de droga incautada estaría valorada en más de 1 000 millones de dólares en el mercado internacional, casi la misma cantidad que requiere Ecuador para librar la guerra interna. En declaraciones, el presidente de la República, Daniel Noboa, calificó la cantidad de narcóticos incautados como “una brutalidad”.
La magnitud de esta cifra revela la gravedad y el impacto potencial en términos de salud pública y seguridad en el país. Pero, ¿a cuántos consumidores podría abastecer esta cantidad de droga? Este sería su impacto.
Las 22 toneladas podrían abastecer a millones de consumidores
Para dimensionar el impacto de la cantidad de droga incautada, primero hay que desmenuzar las cifras. Iniciando por transformar las 22 toneladas a gramos, en este caso, equivaldría a 22 000 000 gramos de cocaína.
Con ello, tenemos un universo. Ahora, cuánto sería el consumo promedio de una persona adicta. La doctora psiquiatra y especialista en adiccionología, Julieta Sagnay, señala que una persona podría consumir entre dos y cinco gramos diarios de cocaína.
Entonces, de vuelta a las cifras, si dividimos la cantidad total de gramos entre la cantidad de consumo diario, nos arroja dos escenarios.
Si consideramos el consumo mínimo de 2 gramos diarios, que representa la fase recreativa de la enfermedad según la especialista, con lo incautado se podría abastecer a 11 millones de consumidores. Esto equivaldría a cerca de la mitad de la población de Ecuador.
Por otro lado, si tomamos el consumo máximo de 5 gramos diarios, correspondiente a la fase crónica de la enfermedad, podrían cubrir el consumo de 4,4 millones de adictos, en perspectiva sería casi el número de habitantes entre Quito y Guayaquil.
Sin embargo, la especialista, destaca que son cifras aproximadas que dependen de otros factores. Entre ellos, el hábito de consumo que está ligado al poder adquisitivo, “si esta persona tiene los medios, dinero, jamás tendrá necesidad de robar, pero si no tiene los recursos terminará siendo parte de las mafias para asegurar su dosis personal”.
Además, Sagnay detalla que el 90% de esta droga se va el extranjero y el 10% se queda aquí para el consumo interno. Es decir, 2 000 000 gramos de lo que incautaron las Fuerzas Armadas se quedaría en Ecuador.
Sobre las características del tipo de droga incautada, explica, tiene otras sustancias que producen que “la base de cocaína hace que el paciente no pueda parar, estas personas generalmente son paranoicas, agresivas”.
La especialista señala que en ocho de cada 10 familias a nivel nacional, existe un pariente que consume drogas. Además, expone el ciclo utilizado por las bandas de narcotráfico: “El traficante está bien en su mansión, cuenta con un repartidor (dealer) que a su vez tiene consumidores que son vendedores a cambio de su dosis”.
En ese sentido, Sagnay señala la carencia de políticas de prevención en el país y plantea la pregunta: “¿De qué sirve incautar si no hay tratamiento para los adictos?”.
La provincia de Los Ríos, donde se decomisaron las 22 toneladas, forma parte de la ruta denominada el “triángulo del narcotráfico”, cuyo punto de partida es la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas hasta llegar a Guayaquil y sus puertos. Según fuentes policiales esta incautación podría provocar el recrudecimiento de la violencia en las calles, pero que será paulatino.
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