El fuerte invierno que afrontó la Costa ecuatoriana en el presente año pasó su factura en la producción agrícola nacional y el sector maicero no fue la excepción.
Según datos del Ministerio de Agricultura y Ganadería, hasta el 30 de junio pasado, se contabilizaron 1.230 hectáreas sembradas de maíz duro perdidas totalmente, mientras que 522 hectáreas resultaron con afectación parcial por los eventos climáticos.
Las zonas de producción más afectadas fueron Guayas, Santa Elena y Manabí. Mientras que en Loja se presentaron daños en la cosecha por presencia de hongos, que se atribuyen a la mala calidad de la semilla sembrada.
A pesar de este escenario negativo, el sector espera producir 1,4 millones de toneladas del grano que es el promedio normal que abastece el campo para cubrir parte de la demanda interna, asegura Henry Peña, presidente de la Federación Nacional de Maiceros (Fenamaíz).
“No hay problema de producción ni desabastecimiento”, agrega el dirigente, tras resaltar que aún hay alrededor de 60.000 toneladas solo en el cantón Ventanas, provincia de Los Ríos, que no ha recibido la industria local, especialmente, los fabricantes de balanceados que son los principales compradores de maíz.
La industria todavía no absorbe la cosecha nacional y existe otro problema: el precio de compra. Maiceros están recibiendo alrededor de 13 dólares por el quintal del producto con 30 por ciento de humedad y 1 por ciento de impurezas.
“Hay casos en Manabí que están pagando entre 10 y 11 dólares el quintal con humedad de 20 por ciento, eso es un atraco”, enfatiza Peña.
De acuerdo con el Acuerdo No. 46 del Ministerio de Agricultura y Ganadería, el precio mínimo de sustentación por el quintal de maíz amarillo duro, con 13 por ciento de humedad y 1 por ciento de impurezas, en bodega vendedor, es de 16,33 dólares.
Desde el lado del sector industrial se indica que la absorción de la cosecha nacional en el presente año está dentro de los niveles históricos.
Según la Asociación de Productores de Alimentos Balanceados (Aprobal), de enero hasta la tercera semana de julio, las empresas del segmento han comprado 550.000 toneladas de maíz, que sumado a la adquisición de los sectores informales suman alrededor de 700.000 toneladas.
Para el resto del año se espera adquirir unas 140.000 toneladas mensuales, a lo cual se incrementa la demanda para el consumo humano, manifiesta Jorge Josse, director de Aprobal.
Datos de la asociación resaltan que, para este año, la demanda nacional de maíz será de 1’709.386 toneladas, mientras que la cosecha se estima en 1’498.994 toneladas. El déficit espera cubrirse con importaciones.
Josse asegura que por ello la industria solicitó permisos para traer desde el exterior 190.000 toneladas del grano para ingreso entre diciembre pasado y marzo de este año, pero el Gobierno solo autorizó 166.000 toneladas.
Pero en la práctica ha ingresado al país más producto. El Banco Central del Ecuador reporta que en 2023 se importaron algo más de 172.000 toneladas, provenientes de Argentina y Brasil.
Desde Fenamaíz se insiste en que no hay necesidad de mayor volumen de importación porque la siembra de verano en las zonas altas de Los Ríos avanza sin contratiempos, y pronto se espera que en las zonas bajas se siembre luego de que se seque en la tierra debido a las lluvias de junio.
Por ello, Peña resalta que las autoridades deben controlar la comercialización del quintal de maíz para que se cumpla el precio mínimo de sustentación de acuerdo con el grado de humedad e impurezas del producto.
Deja una respuesta